Claudio tiene dieciocho años y un espíritu solidario. Por esta razón, en
sus ratos libres, atiende a personas con dificultades para valerse por sí
mismas. Su vida va a cambiar cuando conozca a Ricardo Pedraza, un insoportable
anciano que, mientras convalece de una operación de cadera, le hará enfrentarse
a sus propios fantasmas. Pero no sólo cambiará Claudio. Su nuevo compañero
también deberá enfrentarse a su presente, su pasado... y su futuro.