Mario, un joven funcionario, es
la personificación de la rutina. Cada día a la misma hora llega a casa, donde
espera encontrar a su esposa, Blanca, que es su polo opuesto. Antes de que
Mario la “rescatara”, bebía, fumaba y tomaba pastillas sin ningún control.
Mario le roba horas al trabajo y al ocio para estar con Blanca, su único
interés, que se convierte en obsesión. Una novela breve pero elegante, con un
final sorprendente.