Momo, un niño musulmán huérfano, cuenta su conmovedora
historia al lado de la señora Rosa, anciana judía superviviente de Auschwitz,
que acoge a los hijos de las prostitutas en su pensión clandestina en
Belleville, un suburbio parisino. Aquí malviven emigrantes ilegales y toda
suerte de perdedores. Momo no tiene a nadie en el mundo y, cuando se entera de
que la señora Rosa padece una enfermedad, intenta luchar contra la decrepitud
que la va consumiendo, a pesar de los cuidados que le prodigan la señora Lola,
un ex boxeador senegalés, y el señor Waloumba, un barrendero camerunés.
A través de la mirada de Momo, enfrentado prematuramente a la
crudeza de la vida, el lector se sumerge en las reflexiones de un niño que
habla de su mundo, del racismo, de la soledad y del miedo, con una rara mezcla
de humor, ingenuidad y ternura. El resultado es de una notable grandeza humana
y belleza literaria.