Recién cumplidos los dieciocho
años, el protagonista de esta novela pasa dos días y sus noches con su padre en
Marsella. Su infancia había estado marcada por la epilepsia y su familia
decidió llevarlo a ver a un médico de esa ciudad que proponía una posible cura
con una nueva medicación. Tres años después de iniciado el tratamiento, tiene
que regresar allí para comprobar si ha superado la enfermedad. Esta vez solo lo
acompaña su padre y, para valorar la curación, el chico deberá permanecer dos
días sin dormir. Durante esas largas horas insomnes que pasan, padre e hijo
deambulan por la ciudad, acuden a un club de jazz, atraviesan barrios poco
recomendables, toman un barco para ir a una playa local, conocen a dos mujeres
que los invitan a una fiesta, el chico vive su iniciación sexual, el padre le
confiesa intimidades de las que jamás le había hablado…
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